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Mostrando entradas de julio, 2005

Insomnio

Me levanté temprano, hice mil cosas, me deshidraté por la ciudad, y son las cinco y media de la mañana y no puedo dormir. He leído casi doscientas hojas de El zorro (cada vez me gusta menos Isabel Allende), he visto tele, he jugado con el ordenador, he regado la terraza, puesto lavadoras, pintado una caja de madera, cargado los encendedores de la cocina, leído un manual de introducción a la pintura con acuarela, he cosido, he pensado qué hacer en otra noche de insomnio para que sea más productiva, he escrito emails para no quedar mañana por la mañana y aún no tengo sueño. No sé si salir y aullarle a la luna llena o empezar a cambiar las pilas de los relojes digitales que tengo sin hora o seguir leyendo la historia de El zorro ...

Compra compulsiva

Puede conmigo, entro a esta web y salgo comprando algo. Hoy compré cuatro libros de una periodista muy crítica a la que había perdido la pista hace años y un libro que promete hacer un ácido recorrido sobre las costumbres gastronómicas del Mediterráneo. Estuve a punto de caer con un cómic de título Mente perversa y con una historia de la física también en cómic. Había también esas historias de Portugal en cómic pero para estas cosas hay que saber mucho más de historia de lo que yo sé. No se puede hacer compra compulsiva en estado de bajón, deberíamos tener un código de seguridad como el de la tarjeta de crédito. Los libros los habré devorado en una semana y me dejarán con ganas de conocer a más gente de vida inteligente. Haré un resumen...

Oposiciones y vida

No pasé las oposiciones, mi tribunal sólo podía dar 15 plazas y yo era la 17. No había estudiado pero últimamente todo se me cruza. Si me pongo a replantear mi vida, la cambio toda. Quizás sería más feliz en un trabajo más cuadriculado y objetivo. Quizás debería dedicarme a tener niños y olvidarme de cómo mantenerlos y de si van a tener un padre a su lado. Con 19 años, cuando el noviete de turno quería que nos fuéramos a Alemania a vivir, me puse firme y le dije que yo quería estudiar, que quería tener una carrera, me veía con 22 años, con dos niños, trabajando de camarera y supe que no quería eso para mí y me cambié de carrera y me puse a estudiar (y lo dejé a él). Ahora con 36, no quiero ser profesora toda la vida, ahora no me importaría tener los dos niños y trabajar de camarera, pero no veo la manera de salir del bucle en el que entré. Sé que no quiero ser profesora toda la vida pero no entreveo otro trabajo. Quiero tener niños pero no quiero tenerlos sola. Lo que con 19 años era u