Me gusta cumplir años pero este año no tenía muchas ganas de celebrar nada, pese a todo salí, anduve, me reí y acabé bien convencida de que todo va bien. De mis regalos, me encantó el post de Raquel en La casa REM y me emocionó el mensaje en el contestador de su hija; tengo también 700 hojas sobre la vida de Hitchcock en letra pequeña y hoja grande encima de la cama y me faltan unos cuantos regalos todavía. Y... ya tengo una edad, pero no me disgusta la sensación, mis 37 años y dos días no se parecen en nada a los 37 años de mis padres, ni siquiera a los de mis compañeras de trabajo que apenas me llevan diez años, pero sí se parecen a los de mis amigos. Sin residencia fija, sin trabajo fijo, leyendo comics y hablando de cine o de cualquier cosa que no sea trabajo. Sin embargo, me sigo sintiendo muchas veces como un pez fuera del agua, cada vez menos porque aprendieron a pillarme por las escamas y a devolverme a la pecera; les quiero mucho pero, en general, me cuesta menos relacionarm