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Mostrando entradas de enero, 2012

Geranio & apandadora SL

Me siento una apandadora, una apandadora afónica porque sueno ronca, pero una apandadora. Por la mañana me visto de algodón con casi lo primero que pillo limpio, aunque suelo comprar todo conjuntado entre sí para no tener que sentirme demasiado disfrazada, no me maquillo, no uso cremas, casi ni me peino (mi peluquera se merece el cielo por conseguir un corte que no necesite peine) y salgo hacia el colegio. Me paso la semana ideando maneras de cambiar de trabajo, no paro de oir sobre la suerte de ser funcionaria, de tener un trabajo estable, de acabar a las cuatro, etc. y yo me siento una apandadora porque me paso la vida queriendo escapar de este mundo laboral y no lo consigo. Y este año estoy bien, salvo que me quedo sin voz, la otorrino me dice que me paso la vida en tensión, que el trabajo no ayuda, que fuerzo la voz, que los nervios me dan acidez y que tendría que cambiar de trabajo. El otro día me dijo, empezaste dando clases de COU de tu especialidad, podías enseñar conocimien

Traducción a mi aire de José Luis Peixoto - Amor burgués -

Tenemos que engordar juntos. A menudo, está el mundo demasiado preocupado poniendo esa barrita de "siguiente cliente", andan todos ansiosos, nerviosos, con miedo de que quien esté delante se le lleve los yogurts, miedo de pagar los embutidos de quien esté detrás. Hasta que no se marca esa división, no hay descanso. Tampoco luego descansan, inventan otras maneras de distraerse. Por esa razón, pocos llegan a darse cuenta de que la verdadera imagen del amor aparece en la caja del supermercado, en esos minutos en los que uno pone las compras en la cinta y, en el extremo, el otro las coloca en bolsas.  Canciones y poemas ignoran esto. Repiten campos, montañas, playas, acantilados, jardines, love, love, love, pero ese momento específico, el de la caja del supermercado, tan exacto como certero, es sistemáticamente ignorado por todos los cantantes y poetas románticos del mundo. Sé bien que existe la crudeza de los fluorescentes, el ruido de las cajas registradoras, clin-clin-cli