Cuando todo va bien, es raro. No tengo ni miedo de que algo falle sino la sensación de estar viviendo lo que toca y de querer aprovechar lo que tengo en cada instante. Casi siempre me he sentido feliz pero igual analizaba todo mil veces hasta sacarlo de quicio y de contexto; cada vez lo hago menos, total, para lo que sirve... Ahora, tras un período de stress emocional, soy y estoy feliz el tiempo que dure, sin más. Todo tiene su tiempo y, en unos meses, mi panorama será más complicado y ya quiero que sea así pero ahora es un bonito remanso sobre el que, simplemente, me apetecía escribir.
En la variedad está el gusto.