Ya soy eso. Casi no me lo creo. No recibí ninguna noticia desde una semana antes de entregar el trabajo y hoy me llama la tutora diciendo que me ha puesto un notable, que he de cambiar cosas, pero que ya está aprobado. Un notable es una nota casi de consolación en un doctorado, pero para haberlo redactado en una semana es una medalla de oro. Hace once años, en un curso más o menos natural de hacer el doctorado, la tutora -que se desentendió de su trabajo- me dijo que no me iba a aceptar el trabajo de investigación si no estaba un año entero haciéndole de súbdita. Eso sí, antes me hizo redactar sobre el tema que me había dado para decirme que era un maravilloso trabajo periodístico pero no un trabajo de investigación. Le dije que no continuaba, que no tenía ninguna intención de trabajar en esa facultad, con lo que eso suponía de salario basura y condiciones que sólo se podían aguantar por satisfacciones de tipo moral, y que ya había dedicado al doctorado tiempo y esfuerzo suficiente.
En la variedad está el gusto.