y yo tengo muchos, no sólo porque voy cumpliendo años sino porque no me reconozco en muchas de las Eva que fui. De niña, recuerdo la presión de tener que comportarme como los otros niños para que me dejaran en paz. No sé si el resto de niñas lo hacían, pero yo hacía los test de la psicóloga y, cuando los había acabado, cambiaba varias preguntas para que no estuviera demasiado bien, para que se adecuara a lo que se esperaba de mi edad. Si me preguntaba la profe en clase, fingía no haber estudiado la lección, no saber las respuestas y lo mismo en los exámenes. De adolescente me encontré que no había estudiado en mi vida, no sabía memorizar de manera consciente, ni nada. Me saqué el bachillerato de ciencias sacando sólo buenas notas en matemáticas. Nada me interesaba. Y de allí me metí en caminos, allá todo me interesaba pero no tenía base. Cuando me explicaban algo desde cero pues lo seguía sin problemas pero cuando se daba por sabido lo que no sabía me perdía. Como yo, un 80% de la cl
En la variedad está el gusto.