Ayer murió mi tío, sin avisar, casi por no molestar, discretamente, llevándose de nuestras vidas alguien a quien querer sin esfuerzo y en quien poder confiar. Decir que no hay palabras es un tópico, pero no las hay.
Las fotos que salen más abajo, las colgué antes de saberlo. Son de lo que ha de ser mi refugio más adelante y que hacía 18 años que estaba abandonado.
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