
Éste es mi único rincón florido o, al menos, en donde las margaritas dieron un empujón y están aún bonitas porque, cuando crezcan y se hagan un matorral y se llene de abejas, no me gustarán tanto como ahora. Lo de la izquierda no sé ni qué era pero en la tarjeta de visita del jardiland era muy bonito, y lo de la izda radical son clavelitos rojos y blancos. Y lo que sigue es un montón de rosales que no parecen secos pero que tampoco parecen rebosantes de vida.
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