
Una vez soñé que tenía que fabricar vidas para la gente y que al principio las hacía con tiempo y bien, pero que al final me desbordaba y las creaba como churros; pero cuantas más vidas nuevas hacía más gente quería que les montara vidas e intentaba decirles que ya no eran como las primeras pero sólo había "clientes" y "clientes" que querían las suyas y yo, resignada, me ponía a la labor.
No me gusta sentirme tan aburrida, nunca me había sentido así, he pasado un año duro tras años de bonanza, estoy cansada; mi padre se va recuperando y mi madre empieza con pruebas. Lo único bueno que le veo a todo esto es que de puro agotamiento estoy perdiendo todas mis corazas y armaduras, no me sale disimular, mi cara de póker se perdió y no la echo de menos. Y no me voy a poner a "cantar verdades" como una adolescente pero tampoco voy a poner la máscara de "todo genial". ¿Para qué?
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