Es difícil poner etiquetas a las cosas, se siente lo que se siente, sin más, y poner palabras es cosificar los sentimientos. Por fuerza, muchas veces, las palabras se quedan cojas (uis, puedo decir que las palabras "cojifican"). Sin embargo yo me pierdo entre los matices de las palabras, me gusta saborearlas, olerlas, tocarlas, oirlas, verlas y trenzarlas a mi aire para hacerlas mías un instante y dejarlas partir.
A veces, leo palabras y no pueden ser mías, como las del título en francés de mi adorada "You can't take it with you" en francés, "Vous ne l'emporterez pas avec vous". Fonéticamente, me sobran uves y semánticamente me suena a moralina. Creo que, en realidad, me suena a muerte cuando la película rezuma vida. Me gusta el título español, "Vive como quieras", es desenfadado, es cómplice con lo que yo veo en la película, debería hasta estar implícito en cada uno de nuestros alientos.
A veces, leo palabras y no pueden ser mías, como las del título en francés de mi adorada "You can't take it with you" en francés, "Vous ne l'emporterez pas avec vous". Fonéticamente, me sobran uves y semánticamente me suena a moralina. Creo que, en realidad, me suena a muerte cuando la película rezuma vida. Me gusta el título español, "Vive como quieras", es desenfadado, es cómplice con lo que yo veo en la película, debería hasta estar implícito en cada uno de nuestros alientos.
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